1º .BACHILLERATO





CURSO 2023-2024


1ª EVALUACIÓN

Lectura 








Sinopsis de EL VIENTO CONOCE MI NOMBRE

Una historia de violencia, amor, desarraigo y esperanza

Viena, 1938. Samuel Adler es un niño judío de seis años cuyo padre desaparece durante la Noche de los Cristales Rotos, en la que su familia lo pierde todo. Su madre, desesperada, le consigue una plaza en un tren que le llevará desde la Austria nazi hasta Inglaterra. Samuel emprende una nueva etapa con su fiel violín y con el peso de la soledad y la incertidumbre, que lo acompañarán siempre en su dilatada vida.

Arizona, 2019. Ocho décadas más tarde, Anita Díaz, de siete años, sube con su madre a bordo de otro tren para escapar de un inminente peligro en El Salvador y exiliarse en Estados Unidos. Su llegada coincide con una nueva e implacable política gubernamental que la separa de su madre en la frontera. Sola y asustada, lejos de todo lo que le es familiar, Anita se refugia en Azabahar, el mundo mágico que solo existe en su imaginación. Mientras tanto, Selena Durán, una joven trabajadora social, y Frank Angileri, un exitoso abogado, luchan por reunir a la niña con su madre y por ofrecerle un futuro mejor.

En El viento conoce mi nombre pasado y presente se entrelazan para relatar el drama del desarraigo y la redención de la solidaridad, la compasión y el amor. Una novela actual sobre los sacrificios que a veces los padres deben hacer por sus hijos, sobre la sorprendente capacidad de algunos niños para sobrevivir a la violencia sin dejar de soñar, y sobre la tenacidad de la esperanza, que puede brillar incluso en los momentos más oscuros.


APÉNDICES 





TEMAS

LITERTURA DE LA EDAD MEDIA








 

Garid vos, ¡ay yermaniellas!,

¿cóm' contenir el mío male?

Sin el habib non vivreyo:

¿ad ob l'irey demandare?


MOZÁRABE

 “Decid vosotras, ay hermanillas,

¿cómo he de atajar mi mal?

Sin el amigo no puedo vivir:

¿adónde he de ir a buscarlo?”

 TRADUCCIÓN 

1.-Localización

Este poema es una jarcha. La Edad Media literaria se inicia con la aparición de las jarchas . Este tipo de poesía aparece  en el S.XI y son los más antiguos textos líricos de Europa en lengua romance.  Están escritos en mozárabe . Son breves cancioncillas anónimas de tipo amoroso donde la amada canta la ausencia del amigo o amado. Consisten en breves estrofas, que a modo de estribillo incluyeron los poetas árabes en composiciones llamadas moaxajas.

                Pertenece al género lírico porque expresa el pesar –dolor- de una joven por la ausencia del amado

 

 

2.-Tema

 Confidencia de una joven a sus hermanas en la que les expresa su pesadumbre por la ausencia del amado; ese dolor va unido a un sentimiento de impaciencia manifestado en el deseo de ir en busca del amigo.

3.-Estructura

3.1 Externa

Métrica

 La composición la forman cuatro versos octosílabos que riman en asonante los pares; los impares quedan sueltos.

Ga/rid/ vos,/ ¡ay/ yer/ma/nie/llas!,    8
¿cóm'/ con/te/nir/ el/ mío/ ma/le?       8 a
Sin/ el/ ha/bib/ non/ vi/vre/yo:          8 -
¿ad/ ob/ l'i/rey/ de/man/da/re?          8 a

 

3.2 Interna

El texto se organizaen tres partes:

                1ª (v.1). se dirige a sus confidentes, sus hermanas, llamándolas.

                2ª (v.2) expone su pesar, su mali.

                3ª (v.3-4):expresa la necesidad que siente del amado: sin él no puede vivir y, por eso, su preocupación es dónde buscarlo.

4.-Análisis

La cancioncilla está escrita en mozárabe y presenta arcaísmos, como  yermanelas (diminutivo, «hermanitas»); arabismos, como habib (amigo, amado). La forma garid, que aparece frecuentemente en las jarchas, es de origen desconocido: según Dámaso Alonso se emplea para iniciar una pregunta y podría traducirse por el imperativo del verbo decir (decid, en este caso).

 

         En esta jarcha, como es habitual en la poesía lírica popular medieval, una joven confía sus sentimientos amorosos a sus hermanas, a quienes se dirige en el apóstrofe del primer verso: “ay yermanelas”. Se dirige a ellas con afectividad, por eso usa el diminutivo: “yermanellas”.

                En el segundo verso expresa directamente el tema, el dolor por la pérdida del amado: “meu mali” dentro de una interrogación retórica, que aumenta la expresividad del sentimiento.

                Finalmente, la necesidad que siente del amado se expresa, en primer lugar, de forma exagerada a través de una hipérbole en la que dice que sin el amado no puede vivir: “sin el Aviv non vivreyu” (v.3), y en segundo lugar, a través de la interrogación retórica del 4º verso donde se pregunta dónde lo puede buscar: ¿ab ob l’irey demandare?.

 

 

 

Cantar de Mio Cid.Comentario literario: 

Todos los demás se han ido, los cuatro solos ¡por Dios! (pág. 164)


 1.-Localización y presentación

 El texto pertenece al Cantar de Mio Cid, poema narrativo anónimo de fecha de creación imprecisa, entre finales del XII y principios del XIII. Se trata del único cantar de gesta conservado casi íntegro en castellano y una de las joyas del mester de juglaría.

Este fragmento inicia el Cantar de la afrenta de Corpes, la tercera y última parte del Poema. Como señalan los propios infantes (“Ahora nos vengaremos por la afrenta del león”), su comportamiento viene provocado por el episodio del león en el que los hombres fueron humillados por los compañeros del Cid (su mesnada) por haberse escondido cobardemente cuando apareció la fiera. Asimismo, es la propia doña Sol la que anuncia lo que sucederá después: “Bien en juicio o en Cortes responderéis de esta acción”. Los infantes serán sometidos a juicio y castigados en el mismo. Por su parte, doña Elvira y doña Sol se comprometerán con los herederos de las coronas de Navarra y Aragón, por lo que el Cid emparentará con la realeza. Finalmente, pues, no sólo recuperará la honra perdida, sino que adquirirá mucha más.
2.- Tema
El tema del fragmento es la cobardía y crueldad de los infantes de Carrión, que maltratando a sus esposas desean vengarse del Cid.
3.-Estructura
3.1Externa
trica
A nivel formal, la composición está en verso. Estos son de arte mayor, largos (todos de 16 sílabas) y con cesura (8+8). Todo el fragmento forma parte de una misma tirada con rima asonante en -o.
3.2Interna
En los dos primeros versos, el narrador introduce la historia. Entre los versos 3 y 8, los infantes comunican a las hijas del Cid que las van a torturar para vengarse de su padre. Estos se preparan para el maltrato (versos 11-14), que no va a ser detenido a pesar de que sus esposas suplican por su vida (versos 14-22). Los infantes pegan y azotan vilmente a las mujeres, a las que dejan abandonadas y casi muertas (versos 23-final).
4.-Análisis
En este fragmento podemos apreciar algunas  características propias de los cantares de gesta. En primer lugar, rasgos que nos recuerdan el origen oral de estas composiciones, como las abundantes repeticiones: reformulación (“y nosotros nos iremos; dejadas seréis las dos”), paralelismo (“a la una dicen Colada y a la otra llaman Tizón”) o derivación (“cortadoras”, “cortad”). Estos recursos ayudan a la memorización y transmisión, pero también a la pervivencia en el recuerdo del público. En segundo lugar, el epíteto épico, como  “los traidores de Carrión” para referirse a los infantes; la cobardía, como se ha señalado, es una de las cualidades inherentes a estos hombres, que rehúyen el enfrentamiento con el Cid, actuando de una manera mezquina y cruel con sus mujeres. Por último, en el fragmento abundan las bimembraciones, así, “muy fuertes y duras”, “los moros y cristianos”, “las camisas y las carnes” o “las camisas y los mantos”. Las bimembraciones crean una estructura dual que está en consonancia con la propia naturaleza del verso épico (la cesura divide en dos hemistiquios el verso).

Como comentamos al inicio, el Cantar es un poema narrativo, por lo que encontramos elementos de los textos narrativos como el narrador, que si bien está en tercera persona, también interviene animando a la audiencia mediante exclamaciones: “¡Cuánto mal que imaginaron los infantes de Carrión” o “¡Qué ventura sería ésta, si así lo quisiera Dios/ que apareciese allí entonces nuestro Cid Campeador!”. La voz de los personajes (los infantes de Carrión y las hijas del Cid) se recoge en estilo directo, bien sin verbo introductorio (intervención de los infantes), bien con él, como en el parlamento de doña Sol: “les hablaba doña Sol”.
5.-Conclusión
En conclusión, la cobardía y la vileza de los infantes vuelve a destacarse en esta parte de la obra en contraste con la valentía y humanidad de su protagonista, el Cid Campeador.



El conde Lucanor. Enxiemplo X (pág.168

Lo que ocurrió a un hombre que, por
pobreza y falta de otro alimento, comía altramuces

Otro día hablaba el conde Lucanor con Patronio de este modo:

-Patronio, bien sé que Dios me ha dado tantos bienes y mercedes que yo no puedo agradecérselos como debiera, y sé también que mis propiedades son ricas y extensas; pero a veces me siento tan acosado por la pobreza, que me da igual la muerte que la vida. Os pido que me deis algún consejo para evitar esta congoja.

-Señor conde Lucanor -dijo Patronio-, para que encontréis consuelo cuando eso os ocurra, os convendría saber lo que les ocurrió a dos hombres que fueron muy ricos.

El conde le pidió que le contase lo que les había sucedido.

-Señor conde Lucanor -dijo Patronio-, uno de estos hombres llegó a tal extremo de pobreza, que no tenía absolutamente nada que comer. Después de mucho esforzarse para encontrar algo con que alimentarse, no halló sino una escudilla llena de altramuces. Al acordarse de cuán rico había sido y verse ahora hambriento, con una escudilla de altramuces como única comida, pues sabéis que son tan amargos y tienen tan mal sabor, se puso a llorar amargamente; pero, como tenía mucha hambre, empezó a comérselos y, mientras los comía, seguía llorando y las pieles las echaba tras de sí. Estando él con este pesar y con esta pena, notó que a sus espaldas caminaba otro hombre y, al volver la cabeza, vio que el hombre que le seguía estaba comiendo las pieles de los altramuces que él había tirado al suelo. Se trataba del otro hombre de quien os dije que también había sido rico.


Cuando aquello vio el que comía los altramuces, preguntó al otro por qué se comía las pieles que él tiraba. El segundo le contestó que había sido más rico que él, pero ahora era tanta su pobreza y tenía tanta hambre, que se alegraba mucho si encontraba, al menos, pieles de altramuces con que alimentarse. Al oír esto, el que comía los altramuces se tuvo por consolado, pues comprendió que había otros más pobres que él, y tuvo así menos motivos para desesperarse. Con este consuelo, luchó por salir de su pobreza y, ayudado por Dios, salió de ella y otra vez volvió a ser rico.

»Y vos, señor conde Lucanor, debéis saber que, aunque Dios ha hecho el mundo según su voluntad y ha querido que todo esté bien, no ha permitido que nadie lo posea todo. Mas, pues en tantas cosas Dios os ha sido propicio y os ha dado bienes y honra, si alguna vez os falta dinero o estáis en apuros, no os pongáis triste ni os desaniméis, sino pensad que otros más ricos y de mayor dignidad que vos estarán tan apurados que se sentirían felices si pudiesen ayudar a sus vasallos, aunque fuera menos de lo que vos lo hacéis con los vuestros.

Al conde le agradó mucho lo que dijo Patronio, se consoló y, con su esfuerzo y con la ayuda de Dios, salió de aquella penuria en la que se encontraba.

Y viendo don Juan que el cuento era muy bueno, lo mandó poner en este libro e hizo los versos que dicen así:

Por padecer pobreza    nunca os desaniméis,
porque otros más pobres    un día encontraréis


1.-LOCALIZACIÓN y PRESENTACIÓN

El texto es uno de los 51 cuentos que integran el Libro de los enxiemplos del conde Lucanor et de Patronio, más conocido como El conde Lucanor, obra del Infante don Juan Manuel, con quien asistimos al nacimiento de la prosa literaria castellana ,a mediados del siglo XIV.

El conde Lucanor es una obra didáctica que constituye la cumbre literaria del siglo XIV.se trata de una colección de cincuenta cuentos o enxiemplos de procedencia clásica y oriental con los que el conde Lucanor es instruido por su criado y consejero Patronio .Sus enseñanzas morales invitan a adoptar una actitud práctica ante la vida , donde hay que desenvolverse con astucia y cautela.

2.-TEMA

El enxiemplo X nos exhorta a aceptar aquello que el destino quiera depararnos, con resignación, con confianza en la voluntad de Dios, considerando que, por mala que sea una situación, siempre podría ser peor.



3.-ESTRUCTURA

3.1Externa

Se trata del enxiemplo X, titulado De lo que contesçió a un omne que por pobreza et mengua de otra vianda comía atramuzes.





3.2 Interna

Exposición del problema: el conde pide consejo a su ayo Patronio sobre un problema concreto (la desazón que siente cuando padece apuros económicos). Desde el principio hasta «que me deis algún consejo para evitar esta congoja».

Ilustración narrativa: Patronio no contesta directamente sino que le cuenta un apólogo relacionado con el tema (lo que les ocurrió a dos hombres que fueron muy ricos). Desde «–Señor Conde Lucanor –dijo Patronio–, para que encontréis consuelo» hasta «y luchó por salir de su pobreza y, ayudado por Dios, salió de ella y otra vez volvió a ser rico».

Desenlace: Patronio aplica el cuento al problema, con lo que da fuerza a sus planteamientos. Desde «Vos, señor Conde Lucanor, debéis saber que» hasta «salió de aquella penuria en la que se encontraba».

Generalización: Don Juan Manuel compone un pareado en el que condensa la moraleja (tema del cuento






4.-ANÁLISIS

Se trata de una narración en la que, más que la anécdota, lo importante es sobre todo el propósito didáctico, y de ahí que los elementos narrativos resulten muy básicos

El enxiemplo X consta de una doble estructura narrativa: una narración principal, protagonizada por el conde Lucanor y Patronio, y una secundaria, el cuento, protagonizado por los dos hombres pobres. Esta última narración se integra en la principal y es la que en realidad encierra la esencia didáctica del enxiemplo.

Aunque esta doble estructura hace que los elementos narrativos aparezcan duplicados, el enxiemplo, en su conjunto, presenta una trama muy simple. Analizaremos por separado los elementos de las dos narraciones.

Narración principal.

La acción es sencilla, lineal: se suceden los hechos uno a continuación del otro, sin saltos temporales. Tan sólo un resumen, al final, nos indica el desenlace, con el cambio de actitud del conde.

La voz del narrador nos guía a lo largo de todo el enxiemplo.Se trata de un narrador omnisciente, que cuenta una historia ya pasada, de la que conoce tanto el inicio y el desarrollo como el desenlace.

En principio, parece tratarse del infante don Juan Manuel, el propio autor, que cuenta la conversación mantenida entre el conde y Patronio. Sin embargo, una desconcertante referencia a don Juan Manuel al final hace pensar en un narrador situado en un plano ajeno al  proceso creativo: “Al conde le agradó mucho lo que dijo Patronio (…).
Y viendo don Juan que el cuento era muy bueno, lo mandó poner en este libro e hizo los versos…”

Por lo que respecta a los personajes, la narración principal está protagonizada por el conde Lucanor y su consejero Patronio. Su diálogo es reproducido tanto en estilo directo, mediante guiones, como en estilo indirecto, a través de las palabras del narrador.

  • Directo, generalmente,  cuando hablan entre ellos:

Patronio, bien sé que Dios….. –línea 2‐ 

Señor conde Lucanor –dijo Patronio‐, para que encontréis….,   ‐línea 7‐ 

  • Indirecto cuando Patronio cuenta el ejemplo,

   ..Cuando aquello vio el que comía altramuces, preguntó al otro por qué se comía las pieles que tiraba..  –línea ‐23‐ 



Son personajes simples, sin apenas complejidad psicológica, que representan sendas clases sociales, el señor y el criado, y que desempeñan cada uno una función en el cuento: el consejero y el aconsejado. El narrador no los describe, pero por su conversación podemos deducir que el conde es un joven sin experiencia y que Patronio es un hombre de cierta edad, comedido y humilde, cuya sabiduría y sentido común hacen que Lucanor le respete y le pida consejo

En cuanto al espacio y al tiempo, no se ofrecen datos, pero es posible suponer que la acción transcurre en el interior del palacio del conde, y que se sitúa en un pasado relativamente cercano, casi  contemporáneo al momento en que se escribe.

Narración secundaria

Dentro de la narración principal hay otra narración, el cuento, que estructuralmente sería secundaria, pero que, por su contenido, se convierte en principal, relegando a la otra a la consideración de marco argumental. Y es que, en realidad, la narración importante es el cuento del hombre pobre que comía altramuces; lo demás es simplemente una puesta en situación, una aplicación a un caso concreto y una explicación de la moraleja universal que se extrae de su contenido.

Se trata asimismo de una narración lineal, sencilla, con una leve referencia al pasado (hubo un tiempo en que sus protagonistas fueron ricos) y con un resumen al final, en el que se desvela el desenlace que tuvo su protagonista.

El narrador es Patronio, personaje de la acción principal, que tiene respecto a esta historia una perspectiva omnisciente, ya que conoce su inicio, su desarrollo y su final.

Tampoco los personajes son descritos, y únicamente los conocemos a través de la escueta información que proporciona el narrador y a través de sus palabras, reproducidas por este en estilo indirecto. Sabemos así que se trata de dos hombres que fueron ricos y que perdieron toda su fortuna, llegando a quedar en la más absoluta miseria.Estos personajes son asimismo simples, pero en el desenlace conocemos cómo uno de ellos evoluciona, saliendo de aquella pobreza.

Tampoco se nos proporciona información sobre el espacio y tiempo, como suele ser frecuente en los cuentos morales, que tratan de tener valor universal. No obstante, de la situación deducimos que la acción transcurre en un espacio exterior (la calle, el camino) y en un tiempo pasado.
5.-VALORACIÓN

En el enxiemplo X, el autor plantea el tema de la aceptación de la propia suerte, considerando que todo aquello que tenemos o que nos sucede responde a la voluntad divina, y dando por seguro que siempre habrá otro que tenga menos propiedades o peor fortuna.

Don Juan Manuel recoge estos cuentos de tradición oriental y los adapta a la realidad de la nobleza castellana del siglo XIV, con un claro objetivo didáctico.






EL PRERRENACIMIENTO










2º evaluación

Lectura 







Los girasoles ciegos
Alberto Méndez
Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías. Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.

Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido.

Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar que sabemos.

Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura.

Premio Nacional de Literatura 2005, Premio de la Crítica 2005, Premio Setenil 2004.




TEMA 3 
EL RENACIMIENTO




POESÍA






COMENTARIO DE TEXTO SONETO XXIII DE GARCILASO DE LA VEGA

 

                                     

                                        En tanto que de rosa y azucena
                                    se muestra la color en vuestro gesto,
                                    y que vuestro mirar ardiente, honesto,
                                    enciende el corazón y lo refrena,
                        5             y en tanto que el cabello, que en la vena
                                    del oro se escogió, con vuelo presto
                                    por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
                                    el viento mueve, esparce y desordena:[1],
                                       coged de vuestra alegre primavera
                        10        el dulce fruto antes que el tiempo airado
                                    cubra de nieve la hermosa cumbre.
                                       Marchitará la rosa el viento helado,
                                    todo lo mudará la edad ligera
                                    por no hacer mudanza en su costumbre.

 


Localización

 

Esta composición lírica es una de las mejores y más conocidas del poeta toledano Garcilaso de la Vega (1501-1536), introductor, junto con Boscán, de la lírica renacentista de influencia italiana y máximo exponente de este movimiento poético durante la primera mitad del siglo XVI. Garcilaso representa al perfecto cortesano renacentista del que hablaba Castiglione, pues conjuga en su persona “armas y letras”. Considerado como el primer poeta moderno por su tratamiento del tema amorso, cultivó una poesía intimista, melancólica, cuyo estilo se caracteriza por la claridad, la naturalidad y el buen gusto.

 

Su producción literaria, exclusivamente poética, es breve; en metros italianistas: tres églogas, dos elegías, cinco canciones, una oda, una epístola y treinta y ocho sonetos. El poema que nos ocupa es el soneto XXIII y está dedicado probablemente a Isabel Freyre, dama portuguesa de la reina y musa de su poesía. Este poema lírico, perteneciente a su época de plenitud (iniciada a partir de 1532), demuestra el perfecto manejo del arte italianista que poseía Garcilaso.

 

Tema

 

 Recrea el tópico literario del “carpe diem” (exhortación al aprovechamiento de la juventud), proveniente de la literatura clásica latina (Horacio y Ausonio), que fue muy grato a los autores renacentistas, puesto que refleja un sentido pagano de la existencia, impregnado de vitalismo, característico de la nueva manera de entender la vida.

 

Se dirige en él a una mujer (quizás Isabel Freyre, dama portuguesa que fue la musa de la  mayor parte de sus composiciones) para exhortarla a que aproveche su juventud y su belleza. Para ello realiza una descripción de ciertos aspectos de su físico (color del rostro, mirada, cabello, cuello) resaltando su hermosura juvenil y advirtiéndole metafóricamente que viva intensamente antes de que el paso inexorable del tiempo la conduzca al invierno de su vida. Finalmente concluye destacando la acción destructora del tiempo y su vertiginosidad.

 

            Estructura

 

a) Estructura externa: nos encontramos ante un soneto de estructura clásica, compuesto por 14 versos endecasílabos de rima consonante, distribuidos en dos cuartetos (ABBA ABBA) y dos tercetos  (CDE DCE). Recordemos que el soneto, estrofa culta de origen italiano, introducida y aclimatada en la lírica española gracias a Juan Boscán y a Garcilaso de la Vega, se ha venido utilizando desde entonces, con mayor o menor intensidad, a lo largo de toda la historia de la literatura española.

 

b) Estructura interna: podríamos considerar dos apartados generales:

  • Primer apartado: comprende los dos cuartetos y el primer terceto (vv. 1-11). El poeta se dirige en concreto a una dama para que aproveche su juventud y hermosura.

En este primer apartado se observan dos subapartados:

-          Los dos cuartetos (vv 1-8). Descripción de la belleza física de una dama en su presente de juventud, siguiendo el canon de belleza de la mujer renacentista. (“Descriptio puellae”)

-          El primer terceto (vv. 8-11), donde se explicita el tópico del “carpe diem”, exhortando metafóricamente al aprovechamiento de la juventud.

  • Segundo apartado: comprende el segundo terceto (vv. 12-14). Se trata de una conclusión general, también en forma metafórica. Nos habla en abstracto sobre el efecto devastador del paso del tiempo que conduce a la vejez y  a la muerte. (“Tempus fugit”)

 

Análisis formal atendiendo al contenido

 

            Los dos primeros cuartetos, conectados por subordinación sintáctica temporal al primer terceto, en el que aparece la idea central del poema, muestran la descripción física de una mujer (2ª persona a la que se dirige el poema) en su presente de juventud. Para remarcar precisamente la importancia del paso del tiempo y su fugacidad, utiliza Garcilaso desde el primer momento proposiciones temporales:  el nexo “En tanto que” (repetido en tres ocasiones: dos de forma expresa y una mediante elipsis) introduce el presente y éste implica hermosura y juventud.

 

La “descriptio puellae” ubicada en los cuartetos no presenta una ordenación estricta (color del rostro, mirada, cabello, cuello); predomina en ella la prosopografía (descripción física), si bien aparecen ciertos rasgos de etopeya (descripción psíquica o moral). Mediante hipérbaton  (“de rosa y azucena/se muestra la color en vuestro gesto”) destaca el semblante pálido y sonrosado en los pómulos, expresado mediante metáforas coloristas: “de rosa y azucena” (identificación con elementos de la naturaleza: dos flores). Da la sensación de que el poeta no quiere fijar unos rasgos puramente físicos, sino trascenderlos: con la metonimia “vuestro gesto”, se refiere al semblante, al rostro, dando así una impresión de fugacidad. De la misma manera elude hablar de los ojos para hacerlo de la forma en que éstos miran, de nuevo lo expresa mediante lo que podríamos considerar otra metonimia: el infinitivo con función nominal: “vuestro mirar”, que posee como el color del semblante dos términos adjetivadores: “ardiente, honesto” (que aparecen en antítesis). El fuego es, en la terminología poética renacentista, un símbolo del amor apasionado, y la mirada de la dama es a la vez “amorosa” (ardiente) e inocente, pura (honesto). Recordemos el idealismo típico del Renacimiento en el tratamiento del amor. En consonancia con lo anterior, en el v.4 se nos da la explicación: “enciende el corazón y lo refrena”, metafóricamente su mirada puede “encender pasiones”, sin embargo su inocencia serena la exaltación que suscita al ser contemplada su belleza. De nuevo aparece la antítesis en relación cruzada con el verso anterior: ardiente-enciende/ honesto-refrena.

 

            En el segundo cuarteto se describe el cabello y el cuello de la muchacha. Se pondera el color rubio de su cabello (ideal renacentista), sublimado mediante una metáfora hiperbólica, expresada por una proposición subordinada de relativo: “que en la vena del oro se escogió” (seleccionado entre el oro más puro). La imagen del cabello en movimiento (metáfora: “con vuelo presto”) debido a la acción del viento, otro elemento extraído de la naturaleza, incide en la caracterización de ese cabello, pues da la sensación de viveza y suavidad. Garcilaso muestra la acción del viento sobre la cabellera de la muchacha: “mueve, esparce y desordena”, gradación climática en tres términos (simetría renacentista) por “el hermoso cuello blanco, enhiesto”. No utiliza en la descripción del cuello ninguna metáfora, es suficiente la presentación de tres adjetivos en simetría con los tres verbos que aparecerán en el verso siguiente. Todo lo relacionado con el sentido de la vista cobra realce en la poesía garcilasiana.

 

En consonancia con el carácter descriptivo, domina en los dos cuartetos el estilo nominal[2], aunque sea en el segundo cuarteto donde encontremos mayor cantidad de formas verbales. Las tres formas verbales en presente de indicativo, tiempo habitual en los cuartetos,  (“mueve, esparce y desordena”, v.8) introducen un mayor dinamismo que precipita la presentación del tema; sin embargo, no se rompe el esquema nominal pues para equilibrar ha situado estratégicamente Garcilaso una tríada de adjetivos referidos a “cuello” en el verso anterior (v.7).

 

            En el primer terceto se formula o presenta la idea central. Se inicia con una forma verbal en imperativo (siguiendo la tradición del “carpe diem”); a la vez que el poeta se dirige a la mujer concreta, puede hacer una exhortación extensiva a los lectores. Se ha producido una ruptura dentro del sistema de las formas verbales del texto. El hipérbaton del verso 9: “coged de vuestra alegre primavera/el dulce fruto” tiende a remarcar mediante la metáfora de la juventud el aprovechamiento de ésta y, por otra parte, introduce un nuevo tópico que seguirá desarrollando, en forma de alegoría, a lo largo de los dos tercetos, nos referimos a la identificación de las estaciones del año con las edades del hombre. El esquema epíteto+metáfora natural: “alegre primavera” se repite en “dulce fruto”. Si la primavera se identifica con la juventud, el “dulce fruto”, como producto de ésta, podría entenderse como el amor. De nuevo se impone la idea del tiempo y la advertencia del poeta, que se vale de un nuevo conector temporal (“antes que”) dependiente del imperativo “coged” y de un presente de subjuntivo con valor de futuro próximo para recalcar las consecuencias negativas del paso del tiempo e incidir nuevamente en el aviso propio del “carpe diem”: “antes que el tiempo airado” (personificación, metáfora del invierno), “cubra de nieve la hermosa cumbre”. Siguiendo idéntico esquema que en los versos 9 y 10, se evoca, mediante metáforas, el invierno de la vida, representado por el cabello blanco (“nieve”), mientras que “la hermosa cumbre” hace referencia a la cabeza de la dama.  La antítesis es otro recurso destacable. El contraste entre el presente (=belleza y juventud) y el futuro (=ajamiento y vejez) se manifiesta en términos de connotaciones positivas y negativas: dulce fruto/tiempo airado, alegre primavera/viento helado, etc. 

 

En cuanto al segundo apartado, el segundo terceto, conclusivo, se inicia remarcando mediante hipérbaton el tópico del “tempus fugit”: “Marchitará la rosa el tiempo helado”, con un futuro imperfecto de indicativo (“marchitará”). Continúa con la alegoría del terceto anterior al hablarnos, mediante términos metafóricos extraídos del medio natural, del invierno y sus inclemencias, “el viento helado” quizá connote ya la idea de la muerte. Por otra parte, aparece también la “rosa” como símbolo y metáfora de la vida (=Ausonio), y más en concreto de su fugacidad; la juventud posee idéntica duración que el esplendor de una rosa. Un nuevo hipérbaton: “Todo lo mudará la edad ligera” recalca la inexorabilidad del transcurso temporal, aquí representado como “edad ligera”. El políptoton (“mudará/ mudanza”) y la personificación  (“en su costumbre”) remarcan la misma idea, ya que el tiempo no puede dejar de transcurrir. En el segundo terceto la adjetivación cobra tintes negativos: “viento helado”, “edad ligera”, en referencia a los efectos devastadores del paso del tiempo en el futuro. Se da una oposición en el sistema de los adjetivos que refuerza la contraposición: Presente = Juventud = Positivo / Futuro = Vejez = Negativo. Lógico, puesto que Garcilaso está exhortando al disfrute del momento presente.

 

Conclusión

 

            No hay pesimismo en la exhortación garcilasiana al goce de la juventud, sino un reflejo palpable del vitalismo renacentista. Transmite el poema una sensación de equilibrio y serenidad marcados por el ritmo remansado y lento (estilo nominal en general), por la armonía de su forma. Incluso el cromatismo es suave (blanco, amarillo, rosa...). Resaltaremos la importancia de la naturaleza que es en él fuente de recursos (metáforas especialmente), utilizados para describirnos al arquetipo de la mujer hermosa renacentista, así como para la presentación del tópico literario mediante el que se identifican las estaciones del año y las edades de la vida. La adjetivación sensorial, el uso del epíteto, las estructuras formadas por dos o tres elementos, características del estilo de Garcilaso, pueden rastrearse en el poema. Es importante también la organización sintáctica de los materiales lingüístico en ensamblaje perfecto con el tema que se desarrolla: nos referimos a la utilización de conectores temporales y, especialmente, al juego de formas verbales presentes en el poema: presente en los cuartetos descriptivos, imperativo, en el primer terceto, es decir, en la exhortación, y futuro, en el segundo terceto, para expresar los estragos del paso del tiempo.

 



[1]              “con clara luz la tempestad serena”, en otras versiones.

[2]              La adjetivación, muy abundante, posee connotaciones positivas: “mirar ardiente, honesto”, “vuelo presto”, “hermoso cuello blanco enhiesto”.


PROSA Y TEATRO



3ª EVALUACIÓN

LECTURA




Sinopsis de CRÓNICA DEL REY PASMADO


Esta novela de Gonzalo Torrente Ballester es una divertida recreación de la vida de la antigua corte de Felipe IV, animada por un inaudito capricho del rey: ver desnuda a la reina.

Basada en la figura de Felipe IV, del que la historia destaca su infrenable lujuria, esta novela de Gonzalo Torrente Ballester (Premio Cervantes 1985) es una divertida recreación de la vida de la antigua corte animada por un inaudito capricho del rey: ver desnuda a la reina. Las discusiones sobre la moralidad de sus pretensiones, los amoríos con una cortesana y las intrigas palaciegas que desencadena son resueltas con ironía y gracia picaresca

TEMA 4 
EL BARROCO

  • POESÍA


  • PROSA


  • TEATRO



NEOCLASICISMO Y PRERROMANTICISMO







LENGUA




LITERATURA




EL RENACIMIENTO



  • MITOLOGÍA
                     DAFNE Y APOLO          
En la mitología griega Apolo era el dios de la poesía y de la música, de la profecía y de la luz, además del dios de los arqueros, lo que indica que debía ser muy hábil con el arma. Figuraos hasta que punto era bueno que él solito logró matar  a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Parnaso. 

Apolo y Diana, Giovanni Battista Tiepolo, 1757

Pitón era una bestia terrible que andaba buscando sangre a todas horas. Un monstruo enorme que se dedicaba a matar rebaños de ovejas, vacas, pastores e incluso a bellas ninfas que correteaban por el campo. La población estaba absolutamente desesperada, necesitaban alguien que les ayudase. Y así, suplicando a los dioses, bajó Apolo y se deshizo de la bestia con una lluvia de flechas.

Detalle del cuadro Apolo combatiendo con la serpiente pitón, 
Eugène Delacroix 1850, 51

El problema estuvo que tras la hazaña Apolo se volvió terriblemente orgulloso. Se pasaba la vida hablando de sí mismo y presumiendo de su valentía. Su actitud era tan presuntuosa que lo único que hacía durante todo el día era repetir las siguientes palabras:

-Soy el mejor arquero del mundo. 
Nadie puede conmigo.

La cosa llegó a tal punto que ya no sólo era engreído y arrogante sino que se dedicaba a burlarse y despreciar a los demás. En estas andaba cuando un día paseando por el bosque se encontró con Eros, el dios del amor, y, como no podía ser de otra forma, Apolo se metió con él y acabaron discutiendo.


Eros, pese a ser un dios, tenía la apariencia de un niño inocente, un pequeño angelito que volaba de un sitio a otro con sus alitas, su diminuto arco y sus flechas dispuestas a enamorar a todo el mundo. Cuando le vio Apolo no pudo dejar de pensar en lo ridícula que era su imagen, en especial el arco que le parecía de juguete. Así, que entre risas, le dijo:

¿Qué haces con esas armas? 
Sólo yo, el dios de los arqueros, soy digno de llevarlas. 

Eros, cansado como el resto de los dioses de la nueva actitud de Apolo, le contestó.
No te burles de los demás que algún día tus burlas te pasarán factura.
Tal vez mis flechas no hayan matado a ninguna serpiente pero no dudes 
que con ellas he conseguido grandes hazañas pues han logrado llevar 
el amor tanto a dioses como a hombres.

 Apolo y la serpiente pitón, Pedro Pablo Rubens

La conversación cada vez se iba complicando más y más, pues la actitud de Apolo no podía ser más pedante e insoportable. Así que Eros, cansado e irritado le dijo:

Toda tu vida recordarás este momento.
Juró, por tu padre Zeus, que tendrás tu merecido.

Eros cumplió su amenaza utilizando su mejor arma: el amor. Aquel mismo día Eros lanzó dos flechas: una de oro y otra de hierro. La de oro con punta de diamante servía para enamorar a la gente, en cambio, la de hierro que tenía la punta de plomo provocaba lo contrario, un rechazo absoluto al amor. Eros mandó la flecha de oro directa al corazón de Apolo y este de inmediato cayó perdidamente enamorado de Dafne, una de las ninfas más bellas de la región. Pero, ¿os imagináis dónde fue a parar la de hierro? Exacto, en Dafne.

 Apolo y DafneFrancesco Albani

Hasta ese momento Apolo no había sentido el menor interés por la bella ninfa, pero a partir de ese día no se la podía quitar de la cabeza. Se pasaba el día pensando en ella hasta tal punto que abandonó sus aficiones favoritas. Lo único que le apetecía era pasarse el día viendo a su bella amada.


Por contra Dafne, no quería saber nada de Apolo, es más, cada vez que le veía echaba a correr o se escondía entre los árboles porque le ponía nerviosa lo pesado que era. Pero claro, tanto esquivar, tanto esquivar… no siempre es posible y un día se encontró con él de frente.  Apolo aprovechó la ocasión para pedirle que se casará con él pero la respuesta de Dafne no dejó ni un resquicio de duda:

No me casaré jamás.

Apolo no lo entendía… pero si él era un dios… cómo le despreciaba así… ¿era poco para ella? Dafne en un alarde de sinceridad le sacó de dudas.
No despreció tu amor Apolo. 
Lo que me ocurre es que no quiero el amor de nadie. 
Nací libre y quiero seguir siendo libre.

Apolo y Dafne, Franceso Albani

A pesar de las palabras de DafneApolo, cabezota como buen enamorado, no perdió la esperanza. Es más ni se enfadó con ella. ¿Cómo se iba a enfadar con el amor de su vida? Lo único que quería era abrazarla, estar con ella, quererla… Pero cuando Dafne se dio cuenta de la obsesión que Apolo sentía hacía ella, le dio miedo y decidió huir al bosque.

Y así comenzó una carrera, o más exactamente, una persecución en toda regla en la que Apolo iba tras la ninfa. Dafne estaba muy asustada, tanto que cuando creyó que Apolo le iba alcanzar se acercó al río Peneo, que en realidad era su padre, y le pidió ayuda.

Apolo y DafneBenedetto Luti, 1770

Peneo pese a estar un poco enfadado con su hija -no entendía la obsesión de Dafne con no casarse y no darle nietos… con lo feliz que a él le harían- cuando la vio tan desesperada decidió ayudarla. 


De repente Dafne dejó de correr. Su cuerpo se volvió rígido como una piedra. Una fina costra cubrió su pecho y endureció su vientre, sus brazos se convirtieron en ramas, su cabellera se transformó en copa… Peneo pensó que la mejor manera de ayudar a su hija era despojarle de su forma humana y convertirla en árbol, en el primer laurel que hubo en la tierra.

 Apolo y Dafne, Antonio Pollaiuolo

Cuando Apolo vio lo que había pasado rompió a llorar. No podía creérselo. Ya no había ninguna posibilidad de que su amor por Dafne fuese correspondido, así que roto de dolor se acercó al árbol, se abrazó a él y decidió que ya que no iba a ser su esposa, sería su árbol sagrado, lo adoptó como símbolo y con sus ramas hizo una corona.


A partir de ese día el laurel, palabra que en griego significa Dafne, se convirtió en símbolo de gloria de ahí que sus hojas sirvan para coronar a los generales victoriosos y honrar a los más destacados atletas y poetas.



SONETO XIII,DE GARCILASO DE LA VEGA

REALIZA EL COMENTARIO  LITERARIO DEL SONETOXXIII DE GARCILASO DE LA VEGA



                                     
                                        En tanto que de rosa y azucena
                                    se muestra la color en vuestro gesto,
                                    y que vuestro mirar ardiente, honesto,
                                    enciende el corazón y lo refrena,
                        5             y en tanto que el cabello, que en la vena
                                    del oro se escogió, con vuelo presto
                                    por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
                                    el viento mueve, esparce y desordena:[1],
                                       coged de vuestra alegre primavera
                        10        el dulce fruto antes que el tiempo airado
                                    cubra de nieve la hermosa cumbre.
                                       Marchitará la rosa el viento helado,
                                    todo lo mudará la edad ligera



[1]              “con clara luz la tempestad serena”, en otras versiones.



BALTASAR GRACIÁN

QUEVEDO

  • TEATRO


TEATRO BARROCO

«¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son».
(Calderón de la Barca, La vida es sueño)

LENGUA


Coherencia y cohesión
TIPOLOGÍA TEXTUAL
  • TEXTOS DESCRIPTIVOS





“Las modelos llegaban al café muy a primera hora de la tarde. Trabajaban en las casas de modas cercanas al café. Herrera y Ollero, Vargas y Ochagavía… Las modelos eran como una bandada de aves migratorias y esbeltas que habían detenido el vuelo, por unos momentos, sobre el pantano del café, y que ponían en los ocres sombríos del establecimiento su suntuosidad de pájaros extranjeros (aunque eran casi todas del barrio de la Concepción o de provincias), su lujo de ojos encastados en terciopelo, sus piernas largas como instrumentos de música y un perfume que era como las plumas delicadas e invisibles que desprendía su belleza. Grullas líricas, flamencos hembras, finas de piernas, quebradizas de tobillo, misteriosas de ojos, musicales de cuello, movían con una gracia profesional sus caros ropajes y se tomaban un cortadito o un pipermint con mucho enredo de meñique y un prodigioso estirar de cuello, que creaba en torno lagos como espejos para aquel cisne entrevisto.”
 Francisco Umbral, “La noche en que llegué al café Gijón” 



  • LA NARRACIÓN
ESTRUCTURA

  •  in media res

 

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas claras y diáfanas que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos”.

Así, esta novela, que empieza en mitad de los sucesos, cuando Aureliano Buendía ya ostenta la el grado de coronel y está a punto de ser fusilado, salta inmediatamente a una imagen del pasado, a partir de cual se empieza a relatar el origen del pueblo y de la familia Buendía.


  • Desenlace


 

El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño.
  Crónica de una muerte anunciada (1981)





EL PUNTO DE VISTA
  • NARRADOR  EN 3ª PERSONA: NARRADOR EXTERNO
    •  OMNISCIENTE

 

La Regenta. Fragmento.

“El Magistral estaba pensando que el cristal helado que oprimía su frente parecía un cuchillo que le iba cercenando los sesos; y pensaba además que su madre al meterle por la cabeza una sotana le había hecho tan desgraciado, tan miserable, que él era en el mundo lo único digno de lástima. La idea vulgar, falsa y grosera de comparar al clérigo con el eunuco se le fue metiendo también por el cerebro con la humedad del cristal helado. « Sí, él era como un eunuco enamorado, un objeto digno de risa, una cosa repugnante de puro ridícula… Su mujer, la Regenta, que era su mujer, su legítima mujer, no ante Dios, no ante los hombres, ante ellos dos, ante él sobre todo, ante su amor, ante su voluntad de hierro, ante todas las ternuras de su alma, la Regenta, su hermana del alma, su mujer, su esposa, su humilde esposa… le había engañado, le había deshonrado, como otra mujer cualquiera; y él, que tenía sed de sangre, ansias de apretar el cuello al infame, de ahogarle entre sus brazos, seguro de poder hacerlo, seguro de vencerle, de pisarle, de patearle, de reducirle a cachos, a polvo, a viento; él, atado por los pies con un trapo ignominioso, como un presidiario, como una cabra, como un rocín libre en los prados, él, misérrimo cura, ludibrio de hombre disfrazado de anafrodita, él tenía que callar, morderse la lengua, las manos, el alma, todo lo suyo, nada del otro, nada del infame, del cobarde que le escupía en la cara porque él tenía las manos atadas… ¿Quién le tenía sujeto? El mundo entero… Veinte siglos de religión, millones de espíritus ciegos, perezosos, que no veían el absurdo porque no les dolía a ellos, que llamaban grandeza, abnegación, virtud a lo que era suplicio injusto, bárbaro, necio, y sobre todo cruel… cruel… Cientos de papas, docenas de concilios, miles de pueblos, millones de piedras de catedrales y cruces y conventos… toda la historia, toda la civilización, un mundo de plomo, yacían sobre él, sobre sus brazos, sobre sus piernas, eran sus grilletes… Ana, que le había consagrado el alma, una fidelidad de un amor sobrehumano, le engañaba como a un marido idiota, carnal y grosero… ¡Le dejaba para entregarse a un miserable lechuguino, a un fatuo, a un elegante de similor, a un hombre de yeso… a una estatua hueca…! Y ni siquiera lástima le podía tener el mundo, ni su madre que creía adorarle, podía darle consuelo, el consuelo de sus brazos y sus lágrimas… Si él se estuviera muriendo, su madre estaría a sus pies mesándose el cabello, llorando desesperada; y para aquello, que era mucho peor que morirse, mucho peor que condenarse… su madre no tenía llanto, abrazos, desesperación, ni miradas siquiera… Él no podía hablar, ella no podía adivinar, no debía… No había más que un deber supremo, el disimulo; silencio… ¡ni una queja, ni un movimiento! Quería correr, buscar a los traidores, matarlos… ¿sí?, pues silencio… ni una mano había que mover, ni un pie fuera de casa… Dentro de un rato sí, ¡a coro, a coro! ¡Tal vez a decir misa… a recibir a Dios! » El Provisor sintió una carcajada de Lucifer dentro del cuerpo; sí, el diablo se le había reído en las entrañas… ¡y aquella risa profunda, que tenía raíces en el vientre, en el pecho, le sofocaba… y le asfixiaba…!


    • NARRADOR OBSERVADOR
EL JARAMA. FRAGMENTO

Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.



  • NARRADOR  EN 1ª PERSONA:
    • NARRADOR PROTAGONISTA

LAZARILLO . FRAGMENTO

Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticias de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite.

    • MONÓLOGO INTERIOR


PLENILUNIO. ANTONIO MUÑOZ MOLINA. FRAGMENTO.
Este autor nos ofrece una prosa complicada y precisa. A través de este texto queremos ofrecer una muestra de un monólogo interior para su análisis.

Pero en cuanto pasaron los primeros meses de humillación y de soledad lo que hice, sin proponérmelo, fue empezar a disfrutar la vida que me había dejado secuestrar por él, no ya en mis convicciones, que al fin y al cabo son demasiado abstractas para que a mí me importen de verdad, sino en mis costumbres, en mis gustos y en mis aficiones personales. Volví a pintarme los labios, a dejarme largas las uñas y a pintármelas de rojo, me hice un corte chocante de pelo y me lo teñí de un negro muy fuerte, volví a comprarme blusas de seda, faldas cortas, sandalias de tacón y vestidos ajustados, no para conquistar a nadie, y menos todavía para seducirlo a él, que en esas cosas tiene o tenía el gusto tan insípido como en la comida sino para rescatarme a mí misma, que me había olvidado, para verme en el espejo igual que cuando probaba ropa nueva a los diecisiete años y empezaba a usar lápiz de labios. Sobreviví así, reconstruyéndome yo sola, es decir, con mi hijo, los dos en esta ciudad que no era la nuestra. Yo lo dejaba con una chica y luego en una guardería y salía corriendo de la escuela para llegar a tiempo de recogerlo, no pensaba más que en él, no quería pensar en nada ni en nadie más. Ahora que lo pienso habría sido una vida perfecta, pero quedaba él, el padre de mi hijo, con su compromiso y su tormento, que se había ido con mi gran amiga pero a veces volvía, con cara de martirio, o llamaba por teléfono para hablar con el niño, para preguntarle si quería que papá y mamá volvieran a estar juntos, a que sí, los tres igual que antes. Volvía y se marchaba otra vez, con su cruz a cuestas de adúltero coherente, de bígamo de izquierdas, me decía con esa brutalidad que entonces se llamaba sinceridad que ya no me quería, porque había encontrado en Paca las satisfacciones que su relación conmigo no le daba, y después de humillarme con la voz tan suave y de hacerme comprender que yo era más o menos una mierda y que por culpa mía habíamos fallado como pareja –esa palabra la usaban mucho, la pareja, yo pensaba siempre en parejas de bueyes o de guardias civiles-, volvía a llamarme al cabo de une semana y me decía más atormentado que nunca que lo estaba pasando muy mal, mucho peor que yo, desde luego, que ahora se daba cuenta de que su vida éramos nosotros, el niño y yo. Yo ya estaba algo cansada, y si no le contestaba o le daba a entender que no me fiaba mucho, vista la experiencia, se irritaba enseguida conmigo, con esa capacidad tiene para volverse insultante en un segundo: “¿Qué pasa, que no confías en mí, que crees que estoy jugando contigo o que esto es menos doloroso para mí que para ti?”. Eso sí que no lo perdonaba, que alguien pretendiera quitarle el privilegio quien más sufría, el palmarés de la corona de espinas. Y yo, como una idiota, hipnotizada otra vez, sin dignidad, porque no hay quien sea digno cuando lo han engañado, le permitía que volviera, porque se me partía el corazón cuando el niño, que iba a cumplir tres años, se echaba a llorar preguntando por su padre, todas las noches, a la hora de dormir.

Plenilunio. Antonio Muñoz Molina.

REALIZA UN COMENTARI O CRÍTICO( TEXTO ARGUMENTATIAVO)

Tiene más prestigio viajar a Marte que viajar al latín, aunque en uno y otro caso se viaja por las mismas razones: para conocer nuestros orígenes. De continuar cayendo como vienen cayendo las humanidades, pronto será más difícil hallar la etimología de una palabra que encontrar un virus en la Luna. Ayer mismo un amigo me confesaba, alborozado, el descubrimiento de que la palabra “pánfilo” significa, etimológicamente, “amigo de todo”. Creo que lo había escuchado en la radio. En efecto, el vocablo procede de los términos griegos “pan” (todo) y “filo” (amigo). Si buscamos la palabra en el diccionario de la RAE, dice: “Cándido, bobalicón, tardo en obrar”. Quiere decirse que ha ido degenerando, aunque no tanto: los cándidos, los bobalicones y los tardos en obrar suelen ser amigos de todo. Diríamos que son gente curiosa. Mi amigo es un poco pánfilo, de ahí que disfrute tanto con el origen de una palabra como con el origen de la vida.

            En un baremo recientemente publicado sobre las carreras universitarias que más “salidas” tienen, las humanidades no aparecen ni de lejos. Viene a ser como si de las especialidades médicas desapareciera la cardiología. El ser humano es tan inexplicable sin el corazón como sin la Odisea o la Divina Comedia. No es necesario que todo el mundo haya leído estas dos obras como no es preciso que todo el mundo conozca el funcionamiento del corazón. Pero debe haber gente que se ocupe de una cosa y de la otra. Incluso, ya puestos, debería haber filósofos, también en estos momentos a punto de extinguirse.

            Admiramos a quienes se lanzan al espacio en busca de una explicación sobre los comienzos del sistema solar, pero olvidamos que tal explicación, si llega, nos será ofrecida por medio de las palabras. Debe de ser muy complicado conducir una nave espacial, pero no es menos arduo conducir una lengua, al menos si le exigimos la misma precisión que a la nave. La sonda “Philae” estuvo a punto de fracasar por aterrizar a un kilómetro de distancia de lo previsto en el cometa donde ahora se muere de frío. Las ideas fracasan también por falta de precisión, porque no están bien expresadas. Una frase mal construida no llega como debe al encéfalo del receptor. Etcétera.

                                                                                                          Juan José Millás

 

3ª  EVALUACIÓN

BATERÍA DE PREGUNTAS ORIENTATIVAS PARA EL EXAMEN

 



1.-Subraya las oraciones subordinadas en estas oraciones compuestas e indica de qué tipo son.(HECHO EN CLASE).

 

 

·         Le gusta que la visiten por Navidad.

·         Sabemos que has terminado.

·         Concede mucha importancia a que le presenten bien las imágenes.

·         Nos alegramos de que triunfes.

·         Su problema es que no tiene trabajo.

·         La causa de que no haya llegado aún es el retraso del avión .

·         Hoy se decide si nos conceden el premio.

·         Quieren terminar la reunión.

·         María dijo: “ Yo no he estado aquí nunca”.

·         María dijo que ella no había estado allí nunca.

·         Los árboles del parque, que habían sido podados recientemente, rezumaban savia nueva.

·         El lugar donde sucedió sigue ahí.

·         Mis amigos compraron un libro que me gusta mucho.

·         LOS PÁJAROS LLEGABAN DESDE DONDE PASABAN EL INVIERNO.

·         El suceso ocurrió cuando estábamos allí .

 COMPRUEBA SI LAS FORMAS DONDE , CUANDO Y COMO (CON ACENTO O SIN ÉL ) INTORODUCEN SUBORDINADAS ADJETIVAS, SUSTANTIVAS O ADVERBIALES .(HECHO EN CLASE).

  • Aun recuerdo los años cuando yo era niño.
  • No conozco el lugar donde ocurrió el accidente.
  • Haz el trabajo como quieras.
  • No sé cómo ha podido hacerlo.
  • No sé dónde he puesto las llaves.
  • Cuando sea mayor estudiaré medicina.
  • Iré donde me apetecca.

DESCRIPCIÓN 

Las modelos llegaban al café muy a primera hora de la tarde. Trabajaban en las casas de modas cercanas al café. Herrera y Ollero, Vargas y Ochagavía… Las modelos eran como una bandada de aves migratorias y esbeltas que habían detenido el vuelo, por unos momentos, sobre el pantano del café, y que ponían en los ocres sombríos del establecimiento su suntuosidad de pájaros extranjeros (aunque eran casi todas del barrio de la Concepción o de provincias), su lujo de ojos encastados en terciopelo, sus piernas largas como instrumentos de música y un perfume que era como las plumas delicadas e invisibles que desprendía su belleza. Grullas líricas, flamencos hembras, finas de piernas, quebradizas de tobillo, misteriosas de ojos, musicales de cuello, movían con una gracia profesional sus caros ropajes y se tomaban un cortadito o un pipermint con mucho enredo de meñique y un prodigioso estirar de cuello, que creaba en torno lagos como espejos para aquel cisne entrevisto."

 Francisco Umbral, “La noche en que llegué al café Gijón” 


1.-¿De qué tipo de descripción se trata? JUSTIFICA TU RESPUESTA.

Es una prosopografía :rasgos físicos (formas estilizadas , ojos, piernas, perfumes , tobillos, cuello , indumentaria )

2.-¿Qué  formas verbales  se utilizan ?

 La  inmensa mayoría son  formas verbales  son aspecto imperfectivo, como el

pretérito imperfecto de indicativo.(“llegaban, trabajaban, eran, ponían, desprendía, creaba,

tomaban y movían”)

3.- ¡Es una descripción técnica o literaria?

Este texto es una descripción subjetiva o literaria  y tiene una finalidad

estética, pues utiliza muchos recursos literarios como

comparaciones o metàforas.

Comparaciones:

“Las modelos eran como una bandada de aves migratorias y

esbeltas.”

“Sus piernas largas como instrumentos de música.”

“Un perfume que era como las plumas delicadas e invisibles

que desprendía su belleza.”

Metáforas:

“Su lujo de ojos engastados en terciopelo”

“Grullas líricas, flamencos hembras, finas de piernas,

quebradizas de tobillo”

 MARÍA MARTÍNEZ. 1º BACHILLERATO .

 ¿Qué podemos añadir?


Ejemplo de texto descriptivo literario

 

En una cárcel de su pueblo natal, Orihuela, ha muerto Miguel Hernández. Ha muerto solo, en una España hostil, enemiga de la España en que vivió su juventud, adversaria de la España que soñó su generosidad. Que otros maldigan a sus victimarios; que otros analicen y estudien su poesía. Yo quiero recordarlo.

Lo conocí cantando canciones populares españolas, en 1937. Poseía voz de bajo, un poco cerril, un poco animal inocente: sonaba a campo, a eco grave repetido por los valles, a piedra cayendo en un barranco. Tenía ojos oscuros de avellano, limpios, sin nada retorcido o intelectual; la boca, como las manos y el corazón, era grande y, como ellos, simple y jugosa, hecha de barro por unas manos puras y torpes; de mediana estatura, más bien robusto, era ágil, con la agilidad reposada de la sangre y los músculos, con la gravedad ágil de lo terrestre: se veía que era más prójimo de los potros serios y de los novillos melancólicos que de aquellos atormentados intelectuales compañeros suyos; llevaba la cabeza casi rapada y usaba pantalones de pana y alpargatas: parecía un soldado o un campesino. En aquella sala de un hotel de Valencia, llena de humo, de vanidad y, también, de pasión verdadera, Miguel Hernández cantaba con su voz de bajo y su cantar era como si todos los árboles cantaran. Como si un solo árbol, el árbol de una España naciente y milenaria, empezara a cantar de nuevo sus canciones. Ni chopo, ni olivo, ni encina, ni manzano, ni naranjo, sino todos ellos juntos, fundidas sus savias, sus aromas y sus hojas en ese árbol de carne y voz. Imposible recordarlo con palabras; más que en la memoria, “en el sabor del tiempo queda escrito”.

Después lo oí recitar poemas de amor y de guerra. A través de los versos –y no sabría decir ahora cómo eran o qué decían esos versos–, como a través de una cortina de luz lujosa, se oía mugir y gemir, se oía agonizar a un animal tierno y poderoso, un toro quizá, muerto en la tarde, alzando los ojos asombrados hacia unos impasibles espectadores de humo. Y ya no quisiera recordarlo más, ahora que tanto lo recuerdo. Sé que fuimos amigos; que caminamos por Madrid en ruinas y por Valencia, de noche, junto al mar o por las callejuelas intrincadas; sé que le gustaba trepar a los árboles y comer sandías, en tabernas de soldados; sé que después lo vi en París y que su presencia fue como una ráfaga de sol, de pan, en la ciudad negra. Lo recuerdo todo, pero no quisiera recordarlo...

(Octavio Paz, Las peras del olmo, 1957)

 SOLUCIÓN 

Este texto, que es fundamentalmente descriptivo, posee unas características estilística muy marcadas que hacen de él un texto literario. Hay unos pocos datos reales que se pueden relacionar con la función referencial, como nombres propios (“Miguel Hernández”, “Orihuela”, “Madrid”, “Valencia”…), alguna fecha concreta (“1937”) o términos denotativos (“pantalones de pana”, “alpargatas”, “comer sandías”). Por otro lado, al ser el recuerdo del autor hacia un poeta amigo, también hay rasgos propios de la función expresiva como pronombres y verbos en 1ª persona (“yo quiero recordarlo”, “lo oí recitar”), el uso de la modalidad oracional desiderativa (“no quisiera recordarlo”) o la presencia de palabras modalizadas, que expresan la opinión del autor, como “manos puras”, “boca jugosa”, “ojos limpios”, etc.

No obstante es la función poética la más importante, la más visible, y con ella hay que relacionar la mayoría de los rasgos estilísticos. En primer lugar llaman la atención las numerosísimas figuras retóricas, empezando por la anáfora o repetición (“Sé que fuimos amigos…, sé que le gustaba trepar…; sé que después lo vi…”,), la polisíntesis (“Ni chopo, ni olivo, ni encina, ni manzano, ni naranjo”), la antítesis o contradicción (“que otros analicen su poesía. Yo quiero recordarlo”, “no quisiera recordarlo más, ahora que tanto lo recuerdo”), metáforas (“la boca hecha de barro” “ese árbol de carne y voz”), la comparación (“su presencia fue como una ráfaga de sol, de pan”, “su cantar era como si todos los árboles cantaran”), la aliteración (“mugir y gemir”), la personificación (“la España que soñó su generosidad”) y la hipérbole o exageración (“sonaba a eco grave repetido por los valles, a piedra cayendo en un barranco”). También parece un rasgo de estilo la combinación de un léxico elegante, poético aunque no especialmente culto (“España hostil”, “victimarios”, “callejuelas intrincadas”) junto a otro deliberadamente sencillo, llano como “alpargatas”, “cerril” o “novillos”, etc. Sobresale el carácter simbólico de algunas palabras, relacionadas con la sencillez y la pureza que el autor sentía en Miguel Hernández. Hablamos de términos como “el árbol”, “la piedra”, “el pan” o “el barro”.

Desde el punto de vista lingüístico también hay que mencionar algunos rasgos muy marcados. Por ejemplo, como corresponde al prototipo de texto descriptivo, hay una abundante adjetivación (“ojos oscuros y limpios”, “boca grande”, “atormentados intelectuales”,  “España naciente y milenaria”, “callejuelas intrincadas”...). Igualmente hay que mencionar la presencia de algunos campos semánticos concretos, sobre todo en relación con la naturaleza: “encina”, “olivo”, “valle”, “barranco”, “potros”… o con las partes del cuerpo (“ojos”, “pelo”, “boca”, “manos”, etc.). También es interesante, porque contribuye a reforzar la estructura, el uso de los tiempos verbales: en la primera parte sobresale un presente (“Yo quiero recordarlo”), en la parte descriptiva más evocadora dominan los pretéritos imperfectos (“poseía”, “cantaba”, “tenía”, “se veía”…) y al final se vuelve al presente (“Lo recuerdo todo”). También llama la atención la sabia combinación entre periodos sintácticos muy amplios, con frecuentes enumeraciones (“Ha muerto solo… que soñó su generosidad”) frente a otros breves y sintéticos (“Yo quiero recordarlo”), lo que proporciona un agradable ritmo de lectura.

Por último, hay que decir que es un texto fuertemente cohesionado por la presencia de la palabra clave o de anclaje con la que se abre el discurso “Miguel Hernández” y por las continuas referencias a ella a través de la elipsis (“Ha muerto”, “tenía”), los posesivos (“sus victimarios”, “su poesía”) o los pronombres (“lo oí”, “lo recuerdo”).

 

MAMOGRAFÍA . DESCRIPCIÓN TÉCNICA ( Pág.120). 

HECHO EN CLASE.



  ESTILO DIRECTO/ INDIRECTO


LITERATURA

EL RENACIMIENTO. BASES DEL RENACIMIENTO

GARCILASO DE LA VEGA: SONETO XIII(MITOLOGÍA: DAFNE Y APOLO)Y  SONETO XXIII(CARPEDIEM). (HECHO EN CLASE)


FRAY LUIS DE LEÓN 

INTENCIO´N Y SENTIDO DE EL QUIJOTE

2 comentarios:

  1. Ya he leído el temario y realizado las actividades relativas al teatro barroco. Sin duda, me ha parecido muy interesante, especialmente, lo concerniente a la obra magna de Calderón de la Barca, puesto que recrea a la perfección el problema de la realidad y la apariencia, cultivado en toda la tradición europea desde Parménides, pasando por Platón, Shakespeare, Berkeley, Schopenhauer... Asimismo, presenta la contraposición perfecta entre el "fatum" clásico y el concepto barroco de destino, del que se deriva el problema de la libertad.
    Tan solo, he echado en falta una comparación entre los diversos lugares de representación del teatro europeo del siglo XVII. Si bien es cierto que se describe la "commedia dell'arte " italiano, no acontece lo mismo con el teatro inglés, que presenta notables similitudes con el nuestro, o con el teatro francés, que se interpretaba en las salas destinadas al "jeu de paume".
    Probablemente, trate de declamar alguno de los celebérrimos soliloquios de Segismundo.
    Sea como fuere, le deseo que el confinamiento le sea breve y que goce de una buena salud.

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    1. Buenos días:
      Como siempre gracias por tus interesantes aportaciones . Sería magnífico que te animaras a declamar alguno de los célebres soliloquios de de Segismundo.
      Mucho ánimo.
      Gracias

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