Que Rosalía de Castro y Manuel Murguía se habían casado el 10 de octubre de 1858 se conocía ya desde el año 1944 por la transcripción de la anotación del libro de matrimonios de la parroquia de San Ildefonso publicado por Victoriano García Martí, pero el expediente matrimonial con la tramitación previa ahora localizado se desconocía y permite abrir nuevas vías de investigación.
Incluye un novedoso documento en el que Rosalía revela ante el notario eclesiástico los sucesivos domicilios en los que residió en Madrid. El primero fue en el número 7 de la calle de Hernán Cortés, donde vivía el teniente general Santos Fernández San Miguel Valledor, hermano de Evaristo San Miguel, militar liberal y destacado masón. También residió en la calle de Valverde 31, donde coincide con la del matrimonio Raimundo Ortiz Casado y su esposa Petra Ruiz.
Con el matrimonio, vivía la hermana de la esposa Petra, Marcelina Ruiz, seis años mayor que Rosalía y conocida por su conciencia social y su defensa de la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres. Su única obra impresa conocida, un discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid en 1889, la sitúa entre las pioneras del feminismo. Sagrario Abelleira destaca que no sería extraño que Marcelina y Rosalía se conocieran en ese domicilio de la calle Valverde y que juntas frecuentaran círculos madrileños donde surgía en esos años el incipiente feminismo.
Estas conexiones establecidas tirando del hilo del expediente matrimonial permiten seguir profundizando sobre la influencia de su etapa en Madrid en Rosalía, considerada, junto con Concepción Arenal, una de las precursoras de la revolución feminista en España. A través de Ruiz, tendría contacto con el protofeminismo -en aquella época el concepto feminista como tal aún era desconocido- y esas influencias se notan en Cantares Gallegos o en el texto Lieders, firmado por Rosalía de Castro en 1858 en el Álbum de El Miño, impreso por Juan Compañel en Vigo, que recoge frases de evidente contenido feminista como "no acato los mandatos de mis iguales y creo que su hechura es igual a mi hechura, y que su carne es igual a mi carne".
Sagrario Abelleira considera importante "estudiar más a fondo ese sustrato intelectual que Rosalía se procuró en la etapa madrileña ligado a la fraternidad y a la justicia social", pues suponen una evolución en su obra. En 1857 publicó en la capital su primer libro, titulado La Flor, un conjunto de poemas en castellano más vinculados con el romanticismo o con Espronceda, y en su obra posterior se percibe la influencia de sus contactos intelectuales en la capital, que le permitieron "ampliar horizontes".
En Madrid se enamoró de Manuel Martínez Murguía, gallego que llevaba ya desde 1851 en Madrid y trabajaba como redactor en varios periódicos madrileños de la época como La Iberia y El Correo Universal. En octubre de 1858 se casaron en la Iglesia de San Ildefonso de Madrid y en 1859 regresaron a Santiago de Compostela, pero esa etapa breve resulta "trascendental en la biografía de ambos gracias a esos contactos y experiencias".
Mantuvieron amistad con Ventura Ruiz Aguilera, Gaspar Núñez de Arce, Nicomedes Pastor Díaz, Francisco Pi y Margall o Roberto Robert, políticos destacados y escritores que colaboraban en los mismos periódicos que Murguía y en su obra posterior se percibe, por ejemplo, las mismas influencias regionalistas en Galicia que las que Francisco Pi y Margall exhibió en Cataluña. También se refleja ese anhelo de igualdad entre hombres y mujeres que surgió de sus primeros contactos con el protofeminismo y aparece de forma rotunda en Cantares Gallegos (1863), La Hija del mar (1859) o Las Literatas. Carta a Eduarda (1865). O la incipiente cultura de recuperación del folklore popular iniciada en el Libro de los Cantares por Antonio de Trueba, coetáneo en sus años madrileños.
La relación de Rosalía y Murguía con la ciudad de Madrid es significativa en sus biografías y fuente de inspiración y posterior influencia en sus obras. El hallazgo de esta nueva documentación demuestra, para su investigadora, la necesidad de "evitar la repetición de tópicos infundados", "exageraciones consecuencia de la celebridad alcanzada por la escritora".
Precursora del regionalismo, figura clave en el movimiento del Resurgimiento de la cultura y lengua gallegas -autora del primer libro en gallego-, referente en la reivindicación social y el feminismo, la figura de Rosalía trasciende a Galicia y esos años son claves para entender su evolución, de modo que Sagrario anima a investigadores de toda España a ahondar en esa etapa a la que abre la puerta este documento inédito.
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